Historia
La cultura huasteca constituía en la
antigüedad la frontera noreste de Mesoamérica. Hacia finales del clásico
(700-900 d.C.) los huastecos ingresan al actual territorio de la huasteca
hidalguense, escogiendo como sitios habitacionales los valles y mesetas bajas
como Atlapexco, Atlatipa, Tehuetlán, Huejutla y Acuimantla, sitios localizados
en una buena ruta comercial que cubre gran parte de la sierra.
Hoy en día Huejutla es todavía una
clave comercial, y hasta hace poco se intercambiaban productos con la sierra.
Incluso los yacimientos de obsidiana del municipio de Huejutla estaban
controlados por los teotihuacanos; desde aquí, ellos controlaban el comercio
entre el altiplano y el Golfo de México. A lo largo de la prehistoria pasaron muchas civilizaciones
por esta hermosa zona geográfica, tal es el caso de los Toltecas que bautizaron
a La Huasteca Hidalguense como Ixtahuexotla “saucedal blanco”.
En cambio los mexicas conocían a la
huasteca con el nombre de Tonacatlapan “lugar de bastimentos” debido a su riqueza natural. Y así paso la colonia y la independencia,
y la Huasteca Hidalguense se fue convirtiendo en lo que es ahora, claro sin
olvidar sus raíces, riquezas y tradiciones.
A pesar de los años, en la Huasteca
se siguen festejando las fiestas típicas, como la Candelaria, las fiestas
patronales de San Felipe de Jesús, De San José y de San Juan Bautista, el
famoso Carnaval y la fiesta de Santa Cruz. Un gran ejemplo de tradiciones que
se siguen conservando son sus danzas; en el mundo nahua sobre todo, las danzas
representaban la máxima expresión ritual de comunicación entre lo sagrado y lo
profano. La oposición de los colores en el vestuario representaba la noche y el
día, el cielo y la tierra. El rojo y el amarillo se vinculaban con el sol, la
fertilidad y el renacimiento de la naturaleza. El azul se usaba en honor a
Tláloc y al dios del fuego. De azul y amarillo se pintaba a los cautivos antes
de sacrificarlos, simbolizando la abundancia, el agua y el sol. El negro sólo
podía ser usado por los hombres. Esta semiología todavía se conserva en los
atuendos de las danzas de la huasteca hidalguense de hoy.
Recuperado de:
http://www.guiahidalgo.com.mx/blog-de-hidalgo/4-la-huasteca-hidalguense.html
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